viernes, 27 de noviembre de 2020

¿SUERTE?


 

RESENTIMIENTO

 


Es una tendencia natural del género humano buscar argumentos para su “expiación” (o bien decir: encontrar culpables a las cosas que les suceden). Un poquitín de extra punición, como diría un buen psicólogo, se convierte muchas veces en una medida necesaria para proteger nuestro ego y contribuir moderadamente a nuestra salud mental.

 

El problema (como en casi todas las cosas) es la desmesura y la costumbre perversa que adquieren muchos sujetos de estar buscando siempre un culpable de las cosas que le pasan, eludiendo la más mínima cuota de responsabilidad sobre ellas.

 

Así, estas personas, terminan adoptando una visión conspirativa de su propia historia personal, en la que parecería que el resto del universo se ha puesto de acuerdo para arruinarle su felicidad.

 

Partiendo de “mis padres no me brindaron…” a “esta sociedad desalmada…”, con rápidos pasajes por “este país que tenemos” y hasta “la basura del mundo de hoy”, hasta las deidades más menores del Olimpo parecen haberse puesto en su contra, ingresando en un círculo vicioso y auto destructivo que veda cualquier posibilidad de progreso y superación personal.

 

La angustia y el desánimo se convierten en bronca, detrás de una quimérica idea de la justicia y el individuo se convierte sencillamente en un resentido, envenenando su alma y contaminando todo lo que lo rodea.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Ser autónomo


 

Administración del Tiempo

 

ADMINISTRACION DEL TIEMPO

 

En la Grecia antigua existían dos conceptos distintos para referirse a la idea del tiempo (por supuesto asociados con distintas divinidades de su extenso panteón):

 

Cronos era el tiempo absoluto, el que marcaba inexorablemente el correr del Universo, inalterable e irreversible.

 

Kairos, en cambio, representaba “el momento donde ocurren las cosas importantes”, era un concepto discrecional, cualitativo que se asociaba con la voluntad humana y auxilia a los hombres en sus acciones.

 

Nadie puede vencer a Cronos, su poder es absoluto. No se puede volver atrás, ni alterar su curso. Pero siempre tenemos la posibilidad de dominar nuestros momentos excepcionales con la ayuda de Kairos, que no es otra cosa que nuestra disciplina y fuerza de voluntad para dotar de calidad el uso que hacemos de nuestro “bien más escaso”.

 

Una correcta administración del tiempo parte de un principio central para su efectividad que es un estado emocional sobre el sentido de contribución que nuestra tarea realiza a un fin mayor: cuando nuestra percepción de dicho sentido es negativa o tendemos a considerar nuestra labor de baja importancia para el resto, perdemos motivación y nos desconcentramos, nos inunda el tedio y se ralentiza nuestra mente.

 

En contrapartida, cuando nuestra contribución es percibida como algo valiosa, nos sentimos inundados de un renovado vigor y alcanzamos la mayor productividad de la que somos capaces.

 

Luego, hay un principio operativo central: la posibilidad de guiar nuestra acción con un genuino sentido de prioridad, entendiendo en todos los casos la real urgencia e importancia de las cosas por sus implicancias relacionales y su vinculación con los objetivos principales.