viernes, 11 de septiembre de 2020

Reflexiones: Cada día un desafío

 


DESAFIOS

 

No hay peor muerte en vida que la que se propina a sí mismo aquel que ha renunciado a imponerse cada día nuevos desafíos.

 

Desafiarnos es poner a prueba nuestro carácter en la demostración cabal que siempre somos capaces de dar más por aquello en lo que estamos comprometidos: nuestro trabajo, nuestra profesión, nuestra familia, nuestra comunidad.

 

Muchos en algún momento deciden (a veces me pregunto como consecuencia de que mecanismo de lenta autodestrucción) simplemente dejar “pasar la vida” dejando que las cosas sencillamente sucedan y de esta manera van ingresando en un circulo perverso de autolimitación.

 

Plantearnos cada vez nuevos desafíos es honrar nuestra naturaleza y ponernos de cara al porvenir, aprovechar nuestro potencial y sentar un ejemplo para todos aquellos que nos rodean, que es en definitiva la mejor forma de trascender.

 

Levantarse cada día con la idea de poder ser un poco mejor en algo de lo que ya hacemos, ponerse una meta que para otros pudiera sonar incansable, superar los fracasos con entereza y pensar de qué manera sobrellevaremos ese obstáculo que hoy se nos presentó insalvable.

 

Muchas veces, aparecen en nuestra vida inmensos peñones que se presentan inconquistables, alturas aterradoras que una y otra vez frustrarán nuestro ascenso. Pero eso no debe preocuparnos: la más elevada montaña ya ha alcanzado su estatura, nosotros siempre podemos seguir creciendo… Pero solamente, si somos capaces de proponérnoslo.

 


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