LA FORJA DEL ESPIRITU
El
líder se construye a sí mismo en forma cotidiana, sabiendo que será siempre una
obra inconclusa y que la demanda de perfeccionamiento deberá ser una constante.
La
forja del espíritu es una expresión simbólica que representa el compromiso por
la mejora personal, por el perfeccionamiento del carácter.
El
líder no busca su perfeccionamiento para competir con otros, pues sabe que su
fin último es la victoria interior que tiene que ver con la trascendencia de su
propio espíritu.
Solamente
aquel que ha renunciado a la competencia vana y concentra su esfuerzo en su
propia mejora sin distracciones ni renuncios, puede alcanzar el estado de plena
confianza en sí mismo.
Esta
es una de las grandes paradojas, a veces difíciles de comprender hasta que no
se experimentan: el triunfo se alcanza cuando nos liberamos del deseo de
alcanzarlo, cuando la vía se transforma en un devenir sin angustias ni falsas
presiones.
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